Desaparecer con una Farola: Magia Simple en Fotografía

Hay pequeños momentos en la fotografía que nos devuelven la ilusión del juego, que nos permiten, por unos instantes, volver a mirar el mundo como lo haría un niño curioso. Este efecto, en el que la mitad del cuerpo de nuestro modelo parece desaparecer detrás de una farola, es uno de esos juegos. Tan simple como encantador, tan fácil de lograr como evocador para quien lo contempla.

En este tutorial, quiero compartir contigo no solo los pasos técnicos —que, como verás, son pocos y sencillos—, sino también ese sentimiento que me produce cada vez que lo realizo. Porque más allá de capas, máscaras y herramientas de Photoshop, lo que intento enseñarte es una forma de mirar. Un modo de volver a sorprendernos con lo cotidiano. Y es que, a veces, una simple farola en la calle puede convertirse en el umbral entre lo visible y lo invisible.

La clave de este efecto está en la preparación. Cuando salgo con mi cámara, siempre llevo conmigo la idea de que cualquier elemento urbano —una farola, una esquina, una puerta— puede prestarse al juego visual. Si has sido previsor y has tomado dos fotografías desde el mismo punto: una con tu modelo y otra sin él, ya tienes gran parte del trabajo hecho. Esa previsión nos ahorra tiempo después, y sobre todo nos permite centrarnos en la parte creativa.

En Photoshop, combinamos ambas imágenes, como quien superpone dos recuerdos. A través de una máscara de capa, hacemos que el cuerpo de nuestro modelo quede oculto detrás de la farola, como si el mundo real obedeciera de repente a las reglas de la fantasía. Una ligera corrección de niveles nos permite igualar las luces, difuminar los bordes, y suavizar las huellas de la edición hasta que el resultado parece simplemente... mágico.

Y lo es. Es una magia humilde, de barrio, de parques y aceras. Pero es magia al fin y al cabo. La clase de ilusión que hace sonreír a los niños y que despierta la complicidad en quienes aún conservan un rincón travieso en su mirada. He visto muchas veces cómo los pequeños —y no tan pequeños— se ríen al verse "cortados por la mitad", como si un truco de cine se hubiera colado en una fotografía.

Este tipo de imágenes tienen algo de poesía visual. No se trata de asombrar por técnica, sino de invitar a imaginar. De abrir una puerta, apenas entreabierta, hacia lo imposible. Porque si uno puede desaparecer tras una farola... ¿qué más podríamos hacer?

Espero que este efecto te inspire tanto como a mí. Que te anime a salir a la calle, cámara en mano, y mirar con otros ojos. Y que, al terminar de editar tu fotografía, no veas solo un truco, sino un pequeño guiño visual que nos recuerda por qué empezamos en esto de la fotografía: para jugar con la luz, con el espacio, y con la imaginación.

Medio cuerpo

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Échale un vistazo al antes y después del retoque aplicando el tutorial que acabas de ver. Mueve la barra central con tu ratón para desplazar el efecto. (Las fotos deben aparecer acontinuación, en caso contrario refresca la página -F5)